Tumores del aparato locomotor
Los tumores benignos y malignos del aparato locomotor afectan tanto a las partes blandas (piel, músculo, tendones o ligamentos) como al hueso. Son enfermedades muy poco frecuentes y, por ello, poco conocidas, pudiendo pasar desapercibidas durante algún tiempo, hasta que el tamaño o la clínica que generan es suficiente para que el paciente consulte por ello. Por todo lo anterior, esta patología precisa de un diagnóstico precoz y preciso, para realizar un tratamiento correcto que incluye en ocasiones la colaboración de oncología radioterápica y médica. El tratamiento quirúrgico se basa en el cumplimiento de los siguientes preceptos por este orden: salvar la vida del paciente, preservar el miembro y la su función.
Sarcomas óseos
Son tumores malignos, con capacidad para producir problemas a nivel local en el miembro afectado y también a distancia. Su tratamiento, pronóstico y evolución depende de la premura en su diagnóstico, para después planificar el esquema del tratamiento, que en determinados casos, según el diagnóstico, incluye al oncólogo médico y radioterapeuta.
Tumores óseos benignos
Salvo en casos excepcionales, este tipo de lesiones no hacen peligrar la vida del paciente. Sin embargo su progresión local puede dar lugar a una gran pérdida de función o complicaciones, como la fractura, si no se realiza un diagnóstico y tratamiento adecuado. En ciertos casos se precisa un control evolutivo a largo plazo para evitar su transformación maligna.
Tumores benignos de partes blandas
En general, su principal manifestación es un bulto que, en ocasiones, crece, produciendo problemas a nivel local derivados de ese crecimiento. Del mismo modo que en las lesiones óseas benignas, en determinadas situaciones, puede ocurrir su transformación maligna.
Sarcomas de partes blandas
Son tumores malignos, con capacidad para producir problemas a nivel local en el miembro afectado y también a distancia. Su tratamiento, pronóstico y evolución depende de la premura en su diagnóstico, para después planificar el esquema del tratamiento, que en determinados casos, según el diagnóstico, incluye al oncólogo médico y radioterapeuta.